Errores muy habituales al aplicar un fotoprotector

Ahora que comienza a hacer más calor, es cuando nos damos cuenta de la importancia del fotoprotector. Se nota en el aumento de las temperaturas, las ganas de hacer planes al aire libre y el aumento en las horas de luz al día. Durante las estaciones de primavera y verano, los protectores solares se vuelven imprescindible cada vez que salimos a la calle.

Pero no puedes dejar la fotoprotección solo para las vacaciones o los días de playa / piscina. Durante todo el año, el sol siempre está presente y tenemos que protegernos de los efectos negativos que provoca. Aunque no es la misma intensidad de calor, nuestra piel puede sufrir igual o más ya que podemos estar más tiempo expuestos sin ser conscientes del peligro que supone.

¿Quieres unos consejos al respecto? Hoy en el blog de Medifar desentramamos una serie de errores que hemos cometidos todos alguna vez a la hora de aplicar el fotoprotector. ¡Apunta!

Claves para evitar los errores que cometemos al aplicar un fotoprotector

Factor de protección: el índice de protección está en las etiquetas, hay que leerlas con mucha atención. Nos indica la cantidad de minutos que podemos estar al sol sin quemarnos y no la intensidad del color del moreno, como muchos piensan. Debemos escoger un factor de protección adecuado y que no sea nunca demasiado bajo. Un factor alto significa que disponemos de más tiempo antes de que nuestra piel se empiece a poner roja.

Cantidad insuficiente: a la hora de aplicar el fotoprotector debemos hacerlo con una cantidad suficiente. Si quieres que cumplan con su función, tendrán que tener una cantidad de loción o crema adecuada. Y recuerda que van perdiendo eficacia a la hora de las horas por el roce con la ropa, las toallas, los baños sucesivos… Por ello, tendrás que volver a aplicarlos tantas veces como necesites.

Todas las zonas: realizar una buena protección, es extender tu fotoprotector por todas las partes del cuerpo. Eso quieres decir que hay que tener especial cuidado a zonas que solemos olvidar. Como por ejemplo nariz, orejas, nuca, empeines, escote, cuello, hombros… Para llegar a todas ellas, no dudes en pedir ayuda para que todo tu cuerpo esté cubierto por una capa de protector.

Solo playa y piscina: aunque ya hemos visto la importancia de aplicar un protector todos los días del año, el error se extiende también en verano. Pensábamos que el sol solo puede hacernos daño cuando estamos en la playa o en la piscina, lo cual es un error. Hacemos deporte al aire libre, comemos en una terraza o damos paseos a la luz del día. La radiación UVA es capaz de atravesar las nubes, los cristales y las sombrillas.

Fecha de caducidad: a veces no tenemos en cuenta que la fecha de caducidad en los protectores solares existe. Los cosméticos y las cremas también tienen fecha de caducidad y a veces no están en las mejores condiciones. Solemos usarlas de un año para otros pensando que los filtros solares están intactos y no es así. Si la crema tiene un color distinto, su textura está alterada, huele raro o tiene componentes disgregados es mejor que no la uses.

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